miércoles, 19 de junio de 2013

Las Muñecas Tienen su Isla y Su Casa

La Isla de las Muñecas
La isla de las munecas e1351808516987 300x199 Casos reales de objetos poseídos
México supera a muchos casos relacionados con objetos poseídos. En un artículo anterior ya comentamos más profundamente la isla de las muñecas, situado justo al sur de la Ciudad de México, hay una pequeña isla con muñecas antiguas, mutiladas colgando de los árboles. La historia dice que Don Julián Santana se mudó a la isla como un ermitaño y fue perseguido por el espíritu de una niña que se ahogó. Santana sacaba las muñecas que encontraba en el canal y las colgaba como un santuario para que el espíritu de la niña que parecía estar obsesionada. El sobrino de Don Julián lo encontró muerto en la isla en el mismo sitio donde la niña había muerto ahogada. La isla es ahora una atracción turística, y los visitantes dicen escuchar las muñecas susurrando, además de afirmar que los ojos de las muñecas se abren y se cierran misteriosamente.

La casa de las muñecas

En 2010, la escritora y profesora de psicología/sociología Lisa Marcelino escribió un artículo en The Examiner, donde decía que ella estaba conduciendo a través de Englishtown, Nueva Jersey, cuando vio una vieja casa de muñecas de dos pisos en una venta de objetos de segunda mano en el jardín de una casa. Compró la casa de muñecas y se la llevó a su casa en Nueva York, donde ella la limpió y la pintó con la intención de restaurarla. Al día siguiente, ella y su marido se fueron a una tienda de arte para comprar los materiales necesarios, ella enfermó repentinamnente y gravemente teniendo que regresar a casa. Al día siguiente, invitaron a unos amigos a su casa, y sin ninguna razón aparente, los invitados comenzaron a discutir, no siendo una conducta normal en ellos. Las desgracias continuaron los días posteriores, un cuadro colgado encima de la casa de muñecas continuamente se caía, su conejo enano murió misteriosamente y el perro de la familia ladraba a la casa de muñecas sin ninguna razón. La pareja empezó a oír ruidos inexplicables en la noche, extraños sudores nocturnos y su marido parecía estar deprimido constantemente. Decidieron dejar en la acera la casa de muñecas donde alguien inmediatamente lo recogió y su casa volvió a su estado de paz.

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